El Observatorio Vasco del Juego ha publicado una entrevista con Irune Suberbiola.
Es doctora y profesora de Derecho financiero tributario en la Facultad de Derecho (UPV/EHU) donde ejerce también como Vicedecana de Posgrado. Cuenta con una dilatada experiencia investigadora, siendo autora de artículos y monografías sobre el sistema tributario. Colabora de manera habitual con algunas revistas como Forum Fiscal o Nueva Fiscalidad. Por su experiencia en la materia tributaria sobre el juego, ejerce también secretaria técnica de la asociación AGUIMAR.
¿Cuáles son los principales retos del sector del juego en Euskadi en los próximos años? Entre esos retos, ¿pueden
detectarse diferencias entre el sector online y presencial?.
Podríamos centrarnos en diversas cuestiones, pero por abordar aquellos retos que son comunes al sector del juego en general y que afectan de forma particular a determinados subsectores, mencionaría 4 retos principales. Un primer plano sería el reputacional. Lamentablemente, nuestra sociedad aún considera el juego público como una compra inocua de una probabilidad de cambiar su situación económica, mientras asocia el juego privado, que ofrece tiempo de ocio, a una actividad patológica. Por tanto, el primer reto al que nos enfrentamos es precisamente ese: intentar cambiar la opinión ciudadana sobre el juego privado, algo para lo que deberemos perseverar en la colaboración institucional con administraciones y asociaciones de distinta índole, para que se entienda mejor el alcance de nuestra realidad. En segundo término, otro reto al que hacer frente es el de la adaptación del negocio a la realidad actual. El sector de juego ha sabido adaptarse a los usos, costumbres y preferencias de su clientela. En este sentido, mantener ese dinamismo, no es un reto como tal sino una costumbre a conservar. Desde un punto de vista tecnológico nuestros dispositivos han sido y son señeros en desarrollos; pero, en ocasiones, las limitaciones normativas han impedido responder a la demanda de unos usuarios tecnológicamente maduros que exigen determinadas prestaciones que, como decía, determinados subsectores, no pueden ofertar. La prohibición de habilitar el pago electrónico en el subsector de máquinas recreativas en calle es un claro ejemplo.
En este orden de asuntos un tercer reto, claramente, es el de hacer entender a nuestra Administración que la pervivencia de determinados subsectores depende, precisamente, de permitir que se adapten a los requerimientos que nuestros propios usuarios nos hacen. Finalmente, un cuarto reto a abordar atañe a la estructura empresarial de algunos subsectores. Su atomización, la naturaleza de su empresariado, la posibilidad o no de realizar un relevo generacional que atañe no solo al accionariado sino también al tipo de cliente, … permite vaticinar futuras reestructuraciones, principalmente de pequeñas empresas, que, necesariamente van a tener que buscar sinergias o fusionarse con otras empresas de su tamaño para hacer frente a los desafíos del mercado.
En lo que atañe a las posibles diferencias que puedan plantear estos retos según estemos refiriéndonos a juego online o juego presencial, debemos partir de una realidad insoslayable cual es la de que la normativa autonómica no permite el desarrollo del juego online a todos los subsectores. Partiendo de este hecho, los retos principales, el reputacional y el de la adaptación del negocio a la realidad actual son comunes; las formas de abordarlos, muy probablemente, pueden ser diferentes.
¿En qué escenario se encuentra hoy el sector del juego desde el plano económico?.
Nuestras empresas no son ajenas a las vicisitudes del conjunto del tejido empresarial, participan de los ciclos económicos y sufren los mismos vaivenes que el resto de operadores económicos. Lejos de la creencia popular que indica que en tiempos de dificultades económicas la gente juega más, lo cierto es que el gasto en ocio, y el juego es ocio, es el primero que se resiente. En este sentido, el entorno postpandémico, la desaceleración económica, la inflación, … son cuestiones que necesariamente afectan al sector del juego: cuando la gente ve aumentado el costo de la vida disminuye su presupuesto para juego, lo cual, redunda en nuestras cuentas de resultados. Esto, unido al cambio de costumbres sociales derivadas del COVID19, puede esbozar la imagen del escenario en el que se encuentra hoy nuestro sector. La reducción de establecimientos de hostelería también condiciona a los subsectores que operan en la misma.
¿Qué valoración hace el sector de la opinión ciudadana sobre el juego?.
Nuestro sector está plenamente integrado en la sociedad y, sin embargo, como comentaba, aún se da una clara dicotomía entre la consideración que merece el juego público y la que se le da al juego privado. El juego privado ofrece ocio y entretenimiento; a diferencia del juego público, no promete hacerte millonario. Nuestras empresas son plenamente conscientes de las externalidades negativas que pueda tener su actividad y trabajan a diario su responsabilidad social corporativa para disminuir esa eventual incidencia con múltiples iniciativas.
¿Qué cambios se han detectado en las pautas de comportamiento de la ciudadanía en cuanto al juego?. ¿Qué peso tienen en las mismas la irrupción de la modalidad online?.
La pandemia ha supuesto un cambio de paradigma en el disfrute del ocio y del tiempo libre en todos sus ámbitos, también el de juego. En este sentido, podríamos decir que no es que la gente juegue menos, que también, sino que juega a juegos distintos a los que jugaba antes de la pandemia. En este contexto, el peso del trasvase de la
modalidad presencial a la modalidad online es una realidad, afectando a todos los subsectores.
¿Qué valoración hace el sector sobre las principales medidas tomadas por la Dirección de Juego y Espectáculos de Gobierno Vasco?.
El último instrumento normativo aprobado por la DJE, la Orden de 5 de diciembre de 2023, del Vicelehendakari Primero y Consejero de Seguridad, por la que se regulan los requisitos y características técnicas de las máquinas de juego, sus condiciones de interconexión y los sistemas necesarios para su control e inspección, actualiza determinados parámetros de estos dispositivos y obedece a la voluntad que tiene el Gobierno Vasco de mejorar su monitorización, de dotar de una mayor transparencia a la experiencia de la persona jugadora y de garantizar una práctica del juego responsable. Estos objetivos se alinean a la perfección con la responsabilidad social corporativa del sector y, aunque en cuestiones concretas tal vez hubiera sido deseable otra aproximación, lo cierto es que, como en ocasiones anteriores, el resultado final ha sido fruto de un difícil juego de equilibrios que denota el esfuerzo de la administración por velar por todos los intereses en juego.
Y, por otra parte, ¿Cuáles serían las principales reclamaciones del sector hacia las administraciones públicas?.
Resulta un tanto difícil enumerar en dos líneas las reclamaciones que pueda realizar un sector con múltiples y tan diversos operadores como el de juego, por lo que, en esencia, me limitaría a decir que todas ellas podrían resumirse en facilitar/acompañar en dar respuesta a los retos a los que se enfrenta en los próximos años.